Con el paso de los días nos acercamos más y más la ineludible campaña electoral que nos llevará a los comicios del 22 de mayo. Y también de forma ineludible nos llevará a la elección de nuestros representantes en las instituciones locales y autonómicas.
Múltiples y variadas son las ofertas que se nos presentarán en las próximas semanas, algunas con enorme despliegue de medios, otras no tanto. Las unas con caras conocidas para bien o para mal, y algunas, entre las que está la modesta opción que representa este que les escribe, con ciudadanos anónimos y nuevos en esto de la política.
Lo peor de todo esto es, a mi juicio, la usurpación sistemática de discursos que vemos a diario los que llevamos mas de dos años haciendo propuestas de regeneración democrática, de transparencia en las instituciones, de cambios reales y constatables por los ciudadanos, etc.…
Algunas opciones tienen siglas, en algunos casos centenarias con las que presentarse a los ciudadanos, otros aportan una cara conocida y reaparecida en la política asturiana y nacional, y algunos solo tienen dinero.
Lamentablemente nosotros no tenemos ninguna de esas cosas, solamente disponemos de programa electoral, de propuestas reales y de una intención clara y plasmada blanco sobre negro en nuestros estatutos, de hacer, o al menos intentar, hacer las cosas en esto de la política de otra manera. Me cuesta creer que quien ha tenido años, partido, equipo y oportunidad de hacerlo y no lo ha hecho, pretenda ahora convencernos de que así será en el futuro. Yo por mi parte soy tremendamente escéptico, y es por ello por lo que he aceptado formar parte activa de este verdadero proyecto de regeneración democrática desde abajo y desde los ciudadanos llamado Unión Progreso y Democracia.
Múltiples y variadas son las ofertas que se nos presentarán en las próximas semanas, algunas con enorme despliegue de medios, otras no tanto. Las unas con caras conocidas para bien o para mal, y algunas, entre las que está la modesta opción que representa este que les escribe, con ciudadanos anónimos y nuevos en esto de la política.
Lo peor de todo esto es, a mi juicio, la usurpación sistemática de discursos que vemos a diario los que llevamos mas de dos años haciendo propuestas de regeneración democrática, de transparencia en las instituciones, de cambios reales y constatables por los ciudadanos, etc.…
Algunas opciones tienen siglas, en algunos casos centenarias con las que presentarse a los ciudadanos, otros aportan una cara conocida y reaparecida en la política asturiana y nacional, y algunos solo tienen dinero.
Lamentablemente nosotros no tenemos ninguna de esas cosas, solamente disponemos de programa electoral, de propuestas reales y de una intención clara y plasmada blanco sobre negro en nuestros estatutos, de hacer, o al menos intentar, hacer las cosas en esto de la política de otra manera. Me cuesta creer que quien ha tenido años, partido, equipo y oportunidad de hacerlo y no lo ha hecho, pretenda ahora convencernos de que así será en el futuro. Yo por mi parte soy tremendamente escéptico, y es por ello por lo que he aceptado formar parte activa de este verdadero proyecto de regeneración democrática desde abajo y desde los ciudadanos llamado Unión Progreso y Democracia.
Tá muy bien lo de regenerar la Democracia,palabra que vengo escuchando en UPyD, desde su época fundacional; lo malo,es que de todo lo bueno de ésta nueva formación,surgen los "copiones" de turno,vesa el escrito a la prensa ,de Carmeta ; asina,que solo nos queda triplicar el numeros de votos en Mayo, y acallar a las voces autorizadas que no nos dan cancha.-
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