jueves, 28 de abril de 2011

DEMOCRACIA COMO MAL NECESARIO

No debería ser así, pero día tras día vemos en la prensa declaraciones de los candidatos locales y autonómicos de los dos partidos mayoritarios, en las que ponen de manifiesto su malestar e incomodidad por el creciente número de candidaturas que osamos presentarnos a los comicios del 22 de mayo. Está claro que para ellos las elecciones y por ende la democracia es un mal necesario por el que acceder al poder que, sin duda alguna, es lo que desean a cualquier precio.
Saben perfectamente que mas pronto o mas tarde el desgaste del contrario les va a allanar el camino hacia el poder, y que la participación de otras fuerzas políticas, algunas con mas criterio y discurso que otras, les complica la alternancia.
Pero lo peor de todo es que pervierten el uso de la democracia y de las elecciones ya que si pudieran estoy seguro que renunciarian a ellas turnándose en el ejercicio del poder como antaño aquellos conservadores y liberales de finales del s XIX.
Algunos de nosotros creemos en la democracia, pero en una democracia activa e informada, en la que los ciudadanos seamos auditores reales de nuestros políticos y no mera comparsa electoral. Creemos en una democracia transparente que arroje luz sobre la realidad de la gestión y en la que los errores y las propuestas de las diferentes opciones políticas no sean miradas en función de quién las propone, sino en función de la propuesta en si misma. Creemos en una democracia en la que el voto de cada ciudadano valga lo mismo independientemente del lugar en que haya sido emitido. En resumen, creemos en una democracia sin adjetivos.