No se me asusten, todavía queda mucho para la Semana Santa, pero el vía
crucis que nos toca sufrir mucho me temo que va para largo.
Tenemos de rabiosa actualidad estos días en toda la prensa la polémica
acerca de la implantación en nuestro concejo de la “zona azul”. No tengo un
criterio claro acerca de ese tema, pero el problema no es tanto zona azul sí o
no, sino más bien la deriva de la gestión municipal. El mayor problema, a mi
juicio, es que como en su día no gestionamos lo importante, ahora tenemos que
dedicar todo nuestro tiempo a lo urgente, y como eso todo. La polémica de la
zona azul no es más que un botón de muestra acerca de la realidad de este y de
otros muchos concejos de Asturias. No sabemos dónde vamos, no hay una
planificación municipal. Tenemos un municipio con más de 50.000 habitantes en
un entorno geográfico complicado con urbes de menos de 13.000 habitantes, y una
dispersión considerable. Además con autovías y líneas de ferrocarril que lo
cruzan en todos los sentidos. Aun así, no existe una comunicación fluida y
económica que articule las dos principales poblaciones del municipio, no existe
un transporte público planificado y regular entre los núcleos rurales y la
capital del municipio… Desgraciadamente no sabemos dónde vamos o donde nos
llevan.
Los políticos están para hacer política no para gestionar el día a día de
las instituciones, para eso ya están los técnicos y los funcionarios; no
deberían los unos hacer lo de los otros y viceversa.